Si tenemos en mente un proyecto nacional transformador, consideramos que a nivel de Euskal Herria es el momento de profundizar en la cooperación vasca suprasensible y de crear una estructura de red compacta y sostenible.
EH Bildu proyecta tres fases hasta llegar a la Escuela Pública Soberana Vasca. Esa ley nos dejaría en una primera fase: completar y estabilizar el servicio educativo vasco. Para seguir adelante se necesitarían nuevas mayorías sociales y políticas y también la soberanía política de la que hoy carecemos. Pero para abrir la posibilidad de la segunda fase es imprescindible construir el primer estadio de la confluencia. Es necesario superar el conflicto interno de las tres últimas décadas y la transformación radical del sistema educativo, para hacer frente a los retos a los que nos enfrentamos.
Creemos que hay una relación de fuerzas para ese salto, pero sin una estrategia de país no será posible. Tanto a nivel local como nacional, hará falta la activación de las fuerzas sociales por una dirección compartida, sin la cual una ley no cambiará demasiado las cosas.