Una rápida mirada a la distribución mundial de la población deja claro el papel de las ciudades en un proceso de transformación que se pretenda impulsar en cualquier ámbito y, especialmente, en cuanto a responder a la emergencia climática se refiere. Las ciudades son las grandes condensadoras de población, de emisiones de gases de efecto invernadero (GEIs), de consumo energético y de otros recursos a lo largo y ancho de todo el planeta. De hecho, aproximadamente el 55% de la población mundial vive actualmente en ciudades y las estimaciones indican que para el 2050, año en el que se están fijando de manera mayoritaria los procesos de descarbonización, esta cifra aumentará hasta los dos tercios de la población total.
Ni Gasteiz, ni Araba se escapan de esta tendencia; ésta incluso se agudiza en nuestro territorio, ya que aproximadamente el 75% de la población alavesa vive en la capital. Los datos sobre consumo energético y emisiones de GEIs tampoco son mejores. Tal y como apuntaba el geógrafo y consultor Juan Requejo en sus análisis sobre la planificación territorial alavesa, lo que más se produce en Araba no son ni patatas, ni coches, ni cualquier otro elemento conocido en la industria alavesa. Lo que más se producen son emisiones.
Responder al desafío de la emergencia climática no es algo que se pueda hacer con acciones aisladas o improvisadas. Responder a este desafío supone, por un lado, tener un análisis pormenorizado de las fuentes de emisiones y, por otro, contar con una hoja de ruta integral, con acciones a corto, medio y largo plazo y con fuentes de financiación.
Pero responder a este desafío también implica voluntad y valentía política para poner a toda una sociedad a girar y cambiar de rumbo, porque todas las inercias nos llevan a mantener un metabolismo capitalista que funciona por encima de los límites del planeta.
NUESTRA PROPUESTA PARA GASTEIZ: GASTEIZ 0 CARBÓN
Gasteiz es una ciudad con una trayectoria notable en materia de sostenibilidad, en la que a día de hoy habitan más de 250.000 personas y que ejerce una notable macrocefálea en el territorio alavés. En el año 2012 fue nombrada Green Capital, capital verde europea, y este premio fue precisamente un reconocimiento a esta trayectoria impulsada desde las instituciones y por el compromiso ciudadano.
Si bien es cierto que en la ciudad se han hecho importantes esfuerzos en materia de sostenibilidad, hay que afirmar que en los últimos años, precisamente cuando más presencia y urgencia ha cobrado la cuestión climática, en Gasteiz ni se ha sabido aprovechar la inercia de esta trayectoria, ni ha tenido el liderazgo que le corresponde por ser una ciudad cuya principal seña de identidad es lo verde.
La lectura que hacemos desde EH Bildu es que estamos en condiciones de exigir que Gasteiz llegue a ser una ciudad neutra en carbono para 2040. Lo exigimos porque sabemos que es posible y por eso nuestro plan de acción para hacer frente a la descarbonización del municipio no se conforma con los estándares que actualmente marca la Unión Europea o la Ley estatal de Transición Energética y Cambio Climático, que fijan este horizonte para 2050. Nuestra propuesta, a la que hemos denominado ‘Gasteiz 0 Carbón’ fija el horizonte de la descarbonización en el año 2040.
Aún cuando pudiese parecer que la fijación de esta fecha es una cuestión baladí, no lo es. Se trata de poner todo el potencial transformador de un municipio al servicio del mayor desafío al que se enfrenta actualmente la humanidad. Si los análisis realizados nos indican que acelerando un proceso de transformación, que sí o sí vamos a tener que poner en marcha, podríamos cumplir con el objetivo deseado diez años antes, ¿por qué no hacerlo? ¿por qué conformarse?. Más aún teniendo en cuenta que se necesitan de experiencias piloto, prácticas pioneras que puedan servir de inspiración a otros municipios que tengan más dificultades para realizar esta transición.
El camino a la sostenibilidad pasa por profundas transformaciones en nuestros hábitos de producción y consumo, en nuestra movilidad, nuestro ocio y nuestra actividad cotidiana, pero en al medida en la que el cambio climático se está produciendo principalmente por la combustión de los combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas, la sostenibilidad tiene como precondición la transformación de nuestro modelo energético a otro basado en consumos menores, en la eficiencia energética y en un amplio despliegue de energías renovables, que son precisamente las grandes líneas de actuación de nuestro plan. A ellas, además, tendremos que sumar otros principios irrenunciables para nuestro modelo energético, como son el de la justicia ambiental –en tanto en cuanto buscamos la minimización de nuestros impactos en otros territorios–, la democratización de la energía y el de la soberanía energética.
De esta manera, siendo conscientes de que el reto de la transición energética es uno de los mayores y principales retos que enfrentamos en la actualidad, desde EH Bildu Gasteiz entendíamos que era nuestra responsabilidad responder a ello y ofrecer a la ciudadanía una hoja de ruta que, poniendo todo el potencial del municipio al servicio de la transición energética, nos permitiese conseguir una ciudad neutra en carbono. Es así como nace el plan ‘Gasteiz 0 Carbón 2040’.
EL PAPEL DE LAS ENERGÍAS RENOVABLES EN LA DESCARBONIZACIÓN DE GASTEIZ
Según los datos del estudio “Potencial solar fotovoltaico de las cubiertas edificatorias de la ciudad de Vitoria-Gasteiz” elaborado en el 2019 por la Universidad Politécnica de Madrid para el Centro de Estudios Ambientales (CEA), la distribución de los consumos eléctricos[1] en la ciudad era del 50% en el sector industrial, el 30% en el sector servicios y el 20% en el sector residencial.
Teniendo en cuenta el potencial solar de los elementos de las cubiertas edificatorias, el estudio concluye que, a nivel de ciudad, el aprovechamiento del potencial mediante instalaciones de energía solar fotovoltaica se traduciría en una generación neta anual de 1.149 GWH, lo que permitiría cubrir el 100% del consumo eléctrico de la ciudad (nivel 2017) y generar un excedente equivalente al 28,5% del consumo. Este estudio -que es el que nos ha servido de diagnóstico y hemos tomado de referencia para el plan Gasteiz 0 Carbón- hace un análisis por barrios que muestra unos valores elevados de autosuficiencia neta.
Otra de las fuentes renovables sobre las que pivota nuestro plan es la biomasa. Según el Inventario Forestal de la CAPV, en Araba hay alrededor de 150.000 hectáreas de bosque, con unos crecimientos medios anuales de 5m3/ha/año. Aún siendo conscientes de que sólo una parte de nuestros bosques son utilizables, hay un enorme potencial para que buena parte de los hogares puedan ser calentados a través de un combustible como la biomasa, empleado a través de los sistemas comunitarios de calor, el district heating.
La apuesta por estos sistemas nos permitiría romper con la predominancia del gas en los sistemas de calefacción, alejándonos de falsas consideraciones del gas como combustible de transición, que son las que están detrás del empeño del PNV en la explotación del pozo de gas de Armentia-2, que ha sido rechazado por una amplia mayoría social y política y que recientemente se han visto obligados a abandonar.
Además, el desarrollo de la biomasa tiene otros beneficios asociados, que van más allá de lo energético: permite que aquellos pueblos y entidades locales que se sumen a la iniciativa tengan oportunidades de empleo verde y revitalización, induciendo de esta manera una transformación socio-económica que es otro de los pilares a trabajar en la transición ecológica.
Gasteiz, de hecho, a través de un proyecto europeo ha comenzado a desarrollar una experiencia en el barrio de Errota-Coronación. Aunque la gestión de esta experiencia no ha estado exenta de debate, consideramos que corrigiendo algunas cuestiones (como el dar mayores facilidades al vecindario y a las comunidades para que puedan adherirse a la iniciativa), sería factible trasladarla a otros barrios de la ciudad.
Para materializar esta apuesta por las energías renovables necesitamos contar con un instrumento propio. Para ello, nuestra propuesta es la creación de una agencia propia, AMER (Agencia Municipal de las Energías Renovables), que será quien lidere y promueva la producción, consumo y comercialización de energías renovables.
Siguiendo la estela de otros municipios que han iniciado procesos de alejamiento de las grandes transnacionales energéticas, una de las funciones primeras de esta agencia será la creación de una comercializadora de energía renovable. Nuestro deseo es que el Ayuntamiento sea un actor con voz propia en el modelo energético de la ciudad para poder suministrar energía a un precio justo, que nos permitiría contribuir al bienestar energético de toda la población, independientemente de los recursos económicos que tenga. El objetivo que nos marcamos es que la Agencia municipal dé tal impulso a las renovables que nos permitan cubrir el 100% del consumo eléctrico para el año 2030.
Asumiendo el papel ejemplarizante de la administración que nos invita a cumplir la Ley de Sostenibilidad Energética de la CAPV, proponemos que uno de los primeros pasos sea que a través de la instalación de paneles solares en las cubiertas de las instalaciones municipales se llegue al 100% de autoconsumo municipal. Y de ahí, extender esta experiencia iniciada en las cubiertas municipales a comunidades de vecinos y vecinas, empresas y otros agentes, para que en el año 2030 el 100% de la energía eléctrica consumida sea renovable. Para facilitar este tránsito una figura de interés que pretendemos impulsar son las comunidades energéticas, que permiten producir y consumir energía de manera cooperativa.
EL AHORRO Y LA EFICIENCIA ENERGÉTICA
Partiendo de la premisa de que la energía más limpia es aquella que no se consume, otra de las líneas de actuación es la del ahorro y la eficiencia energética. El 30% del consumo energético global de la ciudad corresponde al sector residencial. Aproximadamente la mitad de ese porcentaje corresponde a consumo de calor, lo que nos da una idea de la importancia de la rehabilitación energética de las viviendas, especialmente, en los barrios antiguos con casas menos eficientes. Actuar en estos barrios, además, también tiene beneficios sociales, ya que son los barrios a los que se les ha prestado menos atención urbanística en las últimas décadas, que en muchos casos han quedado degradados y deteriorados, barrios con menor renta per capita y un tanto empobrecidos y envejecidos.
Para materializar esta estrategia de rehabilitación a una escala amplia en la ciudad se necesita una entidad que la lidere, y por eso nuestra propuesta es que Ensanche 21, la actual sociedad municipal que se encarga de las cuestiones de regeneración urbana, pase a ser AMARU, la Agencia municipal de ahorro energético y rehabilitación urbana. Esta Agencia se encargará de la rehabilitación y tendrá que diseñar soluciones modulares y estandarizadas adaptables a todos los edificios.
Para conseguir las reducciones de emisiones que nos permitan tener una ciudad neutra en carbono para el año 2040, será necesario intervenir en 50.000 viviendas. Siendo conscientes de que es una cantidad importante, también sabemos que es una intervención completamente necesaria para lograr reducir los consumos energéticos domésticos.
MOVILIDAD Y OTROS ÁMBITOS DE ACTUACIÓN
Para poder reducir las emisiones de GEIs también tenemos que incidir en otros ámbitos que son grandes consumidores energéticos, como es el caso del sector de la movilidad. El cambio en este sector tiene que venir motivado por un aumento del protagonismo del transporte público y la bicicleta. Respecto al transporte público, nuestras prioridades están puestas en su electrificación integral y en la mejora del servicio cubriendo algunos déficits actuales, como son la conexión del eje este-oeste de la ciudad o la mejora del transporte público a los polígonos industriales.
Respecto a la bicicleta, nuestra intención es desarrollar todo su potencial en la ciudad Para ello necesitamos mejorar en seguridad: invertir en un plan de infraestructuras ciclistas que nos permita contar con una red funcional y realizar un calmado de tráfico integral a través, entre otras medidas, de la declaración de Gasteiz como ciudad 30. Nuevamente en este caso tendremos que prestar especial atención a los polígonos industriales para favorecer los desplazamientos a los centros de trabajo en bicicleta.
A raíz de la irrupción del coronavirus numerosas ciudades han introducido cambios en la configuración del espacio público, para darles prioridad a las personas peatonas y a la bicicleta. El deseo de EH Bildu es sumarse a estas corrientes que construyen ciudades más seguras, amables y humanas, que ponen a las personas en el centro del espacio público.
La transformación de la industria local hacia modelos más sostenibles y con productos alineados con la transición energética, la potenciación de los sumideros de carbono locales o el fortalecimiento del sector primario a través del impulso de la agroecología y la soberanía alimentaria en conversación con el conjunto del territorio alavés serán, sin duda, ámbitos de actuación imprescindibles para la descarbonización de Gasteiz. El desarrollo de todo lo anterior no sólo construirá una ciudad alineada con la transición ecológica, sino que además, en ella se ofrecerán hasta 20.000 nuevos empleos asociados a este cambio.
Todo ello son elementos presentes en nuestra agenda política y aunque la actual correlación de fuerzas no nos permite verlos materializados tal y como nos gustaría, nuestro compromiso está en trabajar para hacerlos realidad porque, tal y como se dice en la calle, no hay planeta B.
[1] Datos del año 2017, últimos datos disponibles en el momento de elaboración del estudio.