SINADURAK

Simón Rubiños Cea

Coordinador del Grupo de Investigación en Desarrollo Territorial, Paz y Posconflicto (GIDETEPP-UNAL)

Elecciones de noviembre: Nuevos liderazgos para un nuevo Chile

2021-11-13

Desde el retorno a la democracia, la élite político-económica chilena jamás trabajó por acercar la democracia a la gente, sino más bien sumieron la disputa política a la voluntad del mercado. Si a eso le sumamos corrupción, despotismo, desigualdad y precarización, entre otros factores, podemos entender en parte el descontento que llevó al pueblo chileno a volcarse a las calles desde octubre de 2019 en demanda de un nuevo modelo de país.


Argazkia. Wikipedia Commons / Eduardo Frei Ruiz Tagle

 

Las elecciones que han pasado desde entonces, han expresado esta voluntad de cambio. La primera votación posterior al estallido resultó en la aplastante victoria del Apruebo, y luego la Convención Constitucional fue consecuente con ello. Los partidos tradicionales hoy agrupados en Chile Podemos Más (derecha) y en Nuevo Pacto Social (Concertación, ex Nueva Mayoría) apenas lograron 62 de 155 escaños, si contamos independientes en cupo de partido, muy por debajo de sus proyecciones. En este espacio, ninguna fuerza logró imponerse, y las candidaturas independientes coparon un 56% del total de escaños, evidenciando la disociación entre sociedad y la clase política.

Pero este alejamiento no solo se da en Chile, sino también a nivel global, donde varios países han visto cómo los partidos tradicionales han debido reconfigurarse en nuevos movimientos y alianzas para enfrentar candidaturas independientes que llegaron a cambiar los tableros de cada nación. Con esto, lo que se presenta a continuación es una aproximación al mapa de fuerzas políticas de cara a la elección del 21 de noviembre en Chile.

En esta se escogerá presidencia, senado, diputaciones y consejerías regionales, donde el presidente se escoge mediante mayoría absoluta (50% de los votos +1) – sino los dos primeros van a segunda vuelta el 19 de diciembre –, mientras que las otras se escogen mediante sistema D’hondt (sistema proporcional para asignar escaños por listas, basado en divisiones sucesivas del total de votos de cada una por el total de escaños a escoger por circunscripción). En total, compiten 7 candidaturas presidenciales y 31 listas para parlamentarias y consejos regionales.

 

«En esta se escogerá presidencia, senado, diputaciones y consejerías regionales, donde el presidente se escoge mediante mayoría absoluta»

 

Las candidaturas presidenciales son: Eduardo Artés (Unión Patriótica), Gabriel Boric (Frente Amplio), Marco Enríquez Ominami (PRO), Yasna Provoste (Nuevo Pacto Social), Franco Parisi (Partido de la Gente), Sebastián Sichel (Chile Podemos +)y José Antonio Kast (Partido Republicano). Siguiendo una proyección realista, la balanza está inclinada hacia Boric, sea en primera o segunda vuelta, restando definir si pasa con él Provoste, Sichel o Kast. El resto de candidatos parecieran ir a la papeleta más por ego que por tacto social.

En general, para los tres procesos se observan posturas de izquierda hasta la ultraderecha, así como candidaturas independientes en listas o bien en cupos de partido, situación aprovechada por el oficialismo y la concertación para buscar alguna manera de perseverar. También, destaca la separación de la derecha, puesto que la ultraderecha, conservadores y movimientos evangélicos decidieron no ir con el gobierno, debido al supuesto incumplimiento de promesas de campaña.

Comenzando por la derecha, esta ha sido bastante golpeada desde las protestas, y la victoria de Sebastián Sichel (independiente ex DC) en la primaria sobre Joaquín Lavín (UDI), Ignacio Briones (Evopoli) y Mario Desbordes (RN), ex ministros de Piñera, es reflejo parcial de esto. Además, trajo consigo cambio de nombre (Chile Podemos Más, CP+), nuevos colores y una confirmación inicialde no pactar con el candidato presidencial ultraderechista José Antonio Kast. Si bien esto respondía al diagnóstico de que Chile no quiere extremos sino apelar al centro, desacuerdos entre partidos llevaron a la Unión Demócrata Independiente a dar su apoyo a Kast, aumentando sus posibilidades, quien además cuenta con una amplia red de bots en redes sociales, y la favorabilidad de los medios de comunicación y de las principales encuestadoras quienes inflan su potencial.

 

«para los tres procesos se observan posturas de izquierda hasta la ultraderecha, así como candidaturas independientes»

 

Sin embargo, sus planteamientos van en contra de los cambios demandados. Y si a esto agregamos el rechazo al gobierno por la represión y su identificación con el mercado y la intransigencia, el escenario electoral oficialista es complejo. Si bien cuentan con el poder mediático y económico para posicionar candidaturas, la opinión pública y las postulaciones de Sichel y Kast por la derecha, y de Provoste y Parisi por el centro, reducen las expectativas de lograr la presidencia. Y si bien a nivel municipal no vieron significativamente reducida su representación respecto a la elección anterior, el contexto y los últimos resultados indican que sí debiera disminuir su participación parlamentaria.

Por su parte, la Concertación tampoco saca cuentas alegres. A pesar de haber tenido una segunda oportunidad como Nueva Mayoría tras el primer gobierno de derecha, no dieron el ancho. Por más que intentaron hacerse del lado de los cambios, adoptando el Apruebo como ideario de campaña, la historia reciente pudo más y fueron castigados en la conformación de la Convención, con apenas 25 escaños, de los cuales 13 fueron militantes, y los otros 12 independientes en cupo de partido.

Hoy, agrupados como Nuevo Pacto Social (NPS), incorporando al Partido Liberal, Ciudadanos y Nuevo Trato, hicieron una primaria presidencial que apenas bordeó los 160.000 votos, definiendo a Yasna Provoste como candidata. Además, el resultado de la primaria profundizó fracturas internas del pacto, llevando a parte del Partido Socialista a apoyar a Gabriel Boric. Provoste pareciera ser la última esperanza del bloque, pero al provenir de la Democracia Cristiana – uno de los partidos más criticados – su futuro no es muy auspicioso, y su apoyo en las encuestas ha ido disminuyendo.

A escala comunal, la Concertación técnicamente mantuvo su nivel de representación, pero tanto en las parlamentarias pasadas como en la convención se vio desplazada por Apruebo Dignidad (AD), compuesto por el Partido Comunista (PC) y el Frente Amplio (FA) y otras fuerzas, por lo cual no sería raro ver menos representantes suyos en ambas cámaras en favor de esta alianza.

 

«Ante la imposibilidad de verse representada en los partidos tradicionales, la población ha volcado su apoyo a fuerzas alternativas y movimientos»

 

Así las cosas, oficialismo y Concertación parecieran ser paradigmas de salida. Sus candidaturas se presentan sin logos de partido ni coalición, y no han sido capaces de alinear posturas internas ni adaptarse a las necesidades de su electorado. A esto se suma la aprobación en junio de 2020 del límite a la reelección, con lo cual se vieron en la obligación de presentar nuevas candidaturas. Y si consideramos también el crecimiento de Apruebo Dignidad y de la ultraderecha, más la aparición del Partido de la Gente, fuerza de centro vinculada a Franco Parisi, el cambio en la correlación de fuerzas parlamentarias y regionales es inevitable.

Ante la imposibilidad de verse representada en los partidos tradicionales, la población ha volcado su apoyo a fuerzas alternativas y movimientos con una apropiación más coherente del significante pueblo o de carácter territorial. En este escenario, los partidos de Apruebo Dignidad, a pesar de ser criticados, son prácticamente los únicos que salieron bien parados del Estallido, debido a que su discurso ha sabido recoger las demandas, con lo cual aumentaron su representación municipal y fueron la lista de oposición con más constituyentes electos.

En la primaria, Gabriel Boric (FA), quien además superó los cuestionamientos por haber firmado el acuerdo que permitió el plebiscito constituyente, se convirtió en el candidato más votado en alguna primaria presidencial, venciendo al alcalde de Recoleta y favorito de las encuestas, Daniel Jadue (PC). Su posición dialogante, su trayectoria ligada al movimiento estudiantil y el aire de renovación le permitieron imponerse e impulsar las candidaturas parlamentarias del bloque, donde se prevé un aumento en los escaños, aunque sin Camila Vallejo ni Giorgio Jackson, quienes no van a reelección.

 

Argazkiak. Unsplash / Arnaud Jaegers

 

Pero para estas elecciones, también juega otro factor: las candidaturas independientes. Los partidos, conscientes de esto, progresivamente han cedido cupos a independientes para contarlos como propios. Pero también han sido conscientes los militantes, quienes han renunciado para participar fuera del alero partidista. Para estas elecciones, 18,5% candidaturas al senado y 28,9% a diputaciones son independientes.

De hecho, para la elección de constituyentes, y debido a que el sistema electoral restringe la electividad de candidaturas unipersonales en favor de la participación por listas, junto a la presión social para permitir la participación por fuera de partidos, se admitieron listas distritales independientes, entre las que destacaron Independientes No Neutrales, con 14 constituyentes, y la Lista del Pueblo, que logró 871.009 votos – el 15,3% del total – y colocar 27 representantes.

La génesis de ambas era servir de plataforma electoral para participar en el proceso constituyente. Sin embargo, la alta votación y proximidad ideológica abrió el apetito de la Lista del Pueblo y su coordinación decidió competir en noviembre, a diferencia de No Neutrales. Pero una cosa es formar un partido catch all para disputar cargos distritales, y otra es aglutinar organizaciones tras un proyecto presidencial. Finalmente no lograron inscribir candidaturas y la ausencia de debates programáticos terminó en sendos escándalos que deslegitimaron la Lista como alternativa política.

 

«El escenario político para construir un nuevo Chile es desafiante. Por esto, la participación es crucial»

 

Independiente de cómo se conforme el escenario post electoral, se vienen tiempos complejos, con una fuerte polarización empujada desde los medios de comunicación, con la figura de Kast como bandera. Habrá también amenazas del empresariado y una inflación que complejizará la conducción del país, donde además los partidos tradicionales seguirán presentes, pero sumidos en sendas crisis, por lo que buscarán arrastrar consigo el escenario político nacional.

A modo de cierre, a pesar de lo convulso que está todo, no es tan complejo hacer unas proyecciones iniciales. El escenario presidencial está relativamente claro, falta despejar quien acompañaría a Boric en segunda vuelta, si Yasna Provoste o el sobreviviente entre Sichel y Kast, o bien si gana en primera vuelta, lo cual no es descabellado pensar, siempre que sortee el asedio mediático. En cuanto al escenario parlamentario, se esperan cambios en su conformación, lo mismo en los consejos regionales, en ambos casos a favor de Apruebo Dignidad, aunque a nivel local prima la misma lógica que las municipales y los partidos tradicionales seguirán siendo fuertes. En el congreso, la ley de reelecciones caló hondo y los nombres que figuran en las papeletas no son tan conocidos como antes. Esto habría empujado la participación a la baja, sin embargo, la participación debiera superar el 50%, principalmente por la disputa presidencial.

Con todo esto, el escenario político para construir un nuevo Chile es desafiante. Por esto, la participación es crucial, ya que el proceso requiere nuevos liderazgos con los cuales avanzar hacia la consolidación de un proyecto participativo, descentralizado, ambientalista y feminista, más preocupado de la sociedad y sus demandas, que de jugar a las disputas de poder.

 


1 Coordinador del Grupo de Investigación en Desarrollo Territorial, Paz y Posconflicto (GIDETEPP-UNAL); Investigador del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) e integrante del GT-CLACSO Territorialidades en disputa y r-existencias. simon.rubinos@gmail.com; srubinosc@unal.edu.co

 

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