SINADURAK

Joseba Permach

Iratzar fundazioko kidea

El qué y el cómo en el discurso político

2021-09-23

Considero que en general tenemos una lectura muy racional de la política y que por ello, en general, damos poca importancia a los sentimientos y a las emociones. Es importante comprender que en política el objetivo es hacer hegemónico tu proyecto. Por tanto, el que tu mensaje llegue y cale, no depende sólo de los argumentos racionales que avalen tu tesis, sino de cómo seas capaz de expresarlo y las consecuencias que tiene tu forma de hacerlo.


Argazkia. Unsplash / Bank Phrom

 

Como he dicho los sentimientos y las emociones que puedan expresarse en un discurso son importantes, pero en este caso me voy a centrar en los marcos y frames que utilizamos para desarrollar nuestras ideas y las consecuencias que ello tiene.

Cuando utilizamos un discurso concreto, una palabra o una metáfora es muy posible que activemos un marco o frame muy concreto. Por ejemplo, cuando la EITB utiliza el término presos de “ETA” en vez de, por ejemplo, presos “políticos” o presos “vascos”, lo hace con la intención clara de activar el marco o frame “antiterrorista” que simplificando representa a la sociedad vasca entre “demócratas” o “violentos”.

 

«Es evidente que la sociedad vasca es mucho más compleja que todo eso, pero los marcos son precisamente eso, estructuras mentales que nos permiten organizar o hacer una lectura de la realidad de forma simplificada.»

 

Pero además, los marcos son mucho más que unas simples gafas con las que observar la realidad. Como decía Goffman, uno de los primeros sociólogos estudiosos del tema, “el marco organiza algo más que el significado; organiza también la participación… los participantes normalmente no sólo adquirirán un sentido de lo que está pasando, sino que también (en cierto grado) quedarán espontáneamente absorbidos, enganchados, cautivados” (Goffman, 2006:359). Y de eso quiero hablaros en las próximas lineas.

La semana pasada se celebró el llamado pleno de política general de la Comunidad Autónoma Vasca y entre otras cosas se habló de la necesidad de un mayor autogobierno y de activar el debate sobre el mismo. Quisiera utilizar este tema para explicar a qué me refiero cuando subrayo la importancia del discurso y los marcos o frames que se desprenden del mismo.

Imaginemos la política como una lucha o batalla permanente entre diferentes marcos. Quien consigue que sobre determinado tema su marco se haga hegemónico, obviamente gana: su propuesta para organizar la comprensión de un determinado tema se hace mayoritaria.

 

«Imaginemos la política como una lucha o batalla permanente entre diferentes marcos»

 

Como he dicho, el marco no es sólo comprensión sino que también condiciona la acción de todos los actores. Por lo tanto, conseguir que un marco se haga hegemónico también puede generar movimientos sociales o políticos en la dirección deseada.

Dicho esto, remontémonos a primeros de setiembre. El PSE consciente de que el tema del autogobierno y el derecho a decidir iba a estar presente este nuevo curso, filtró su ponencia interna y llevó a titulares que “abogaba por sistema federal frente a un derecho a decidir que nos retrotrae a los reinos medievales”. En mi opinión, la mención a los reinos medievales es muy eficaz para su intereses ya que el objetivo del unionismo siempre ha sido relacionar el derecho a decidir con el pasado, en lugar de con el futuro.

Unos días antes de que se celebrara el pleno de política general, Iñigo Urkullu daba una rueda de prensa y en mi opinión también acertaba al enmarcar el debate en estos términos: “autogobierno necesario”.

 

«la mención a los reinos medievales es muy eficaz para su intereses ya que el objetivo del unionismo siempre ha sido relacionar el derecho a decidir con el pasado»

 

Es evidente que el unionismo no sólo ha intentado enmarcar siempre dicho debate como un tema del pasado, sino que además ha intentado banalizar la reivindicación del derecho a decidir mientras ellos decían preocuparse por los problemas de las personas.

Hablar de la “necesidad” del autogobierno supone subrayar que el autogobierno no es un capricho nacionalista, sino una imperiosa necesidad, precisamente para poder afrontar los retos del futuro y los problemas de la gente. Me parece ciertamente un buen marco que coloca en muy buena posición al soberanismo y que además plantea serios problemas al unionismo.

Sin embargo, me pareció un auténtico error que pasado sólo un par de días, Urkullu afrontara el debate de política general reivindicando la “soberanía anterior a 1939”. Ciertamente, con este nuevo enmarcado, el lehendakari de las tres provincias renunciaba, en mi opinión, a un marco ganador (autogobierno necesario) para servir en bandeja al unionismo un enmarcado que sólo nos retrotrae al pasado (soberanía anterior a 1939).

 

«Hablar de la “necesidad” del autogobierno supone subrayar que el autogobierno no es un capricho nacionalista»

 

De hecho, Miren Gorrotxategi, la portavoz de Elkarrekin Podemos, le respondió en estos términos: “Pensábamos que estábamos hablando de buscar soluciones del siglo XXI" y “lo planteado no parece muy moderno".

Urkullu con el marco del 39, simplemente había tirado por la borda la posibilidad de presentar el debate de autogobierno en un marco que lo relacionara con el futuro y los problemas de la gente.

Maddalen Iriarte de EHBildu respondió a Iñigo Urkullu en la buena dirección, al plantear que la soberanía en “el siglo XXI se llama Estado Vasco”. Más recientemente, Arnaldo Otegi en la conferencia de EHBildu, además de reafirmarse en las declaraciones de Iriarte, recordaba que “el derecho a decidir es otra cosa. Es depositar en los ciudadanos su futuro y presente en materia económica e institucional”.

Con ello unía en un mismo marco, el derecho a decidir, el futuro y los temas institucionales y económicos que son, obviamente, los temas que pueden preocupar a amplias capas de la población.

Como se puede comprobar en este breve resumen de los enmarcados sobre el autogobierno, el framing es fundamental en el discurso político.

 

El que enmarca, desenmarca.

 

Si eliges una opción, abandonas otra. Es muy importante saber qué es lo que queremos decir, pero es igual de importante pensar cómo decirlo. A veces, el cómo lo dices te condena al pasado, cerrando las puertas del futuro. A veces tu reivindicación se presenta como un capricho y no como una necesidad.

Hemos dicho que la política puede entenderse como una batalla por la hegemonía. Los marcos son los instrumentos que nos pueden hacer ganar y avanzar posiciones.

Y por cierto, lo más importante, los enmarcados y las posiciones no se ganan sólo en los plenos de política general. La batalla por la hegemonía se juega todos los días y en todas y cada una de nuestras relaciones sociales. La batalla del enmarcado no es de las y los “políticos”, porque todas las personas, de una manera o de otra, hacemos diariamente discurso político. Aprender a enmarcar, por tanto, es cosa de todos y todas.

 

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