Haciendo una lectura del momento actual de América Latina, Cejas ofrece una mirada autocrítica desde su experiencia frenteamplista, y también, algunas claves para superar obstáculos en el futuro.
El frente amplio es una coalición de 28 partidos, y abarca desde el espectro ideológico demócrata cristiano hasta el marxista leninista. En medio de los dos, tienes gente que entiende que es progresista en términos de evolución de la sociedad, luego otros que creen en la liberación nacional y el socialismo como el MLN (Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros) y MPP, y el partido comunista que también tiene una coincidencia estratégica en el objetivo con los anteriormente mencionados. Todo eso compone el arco frenteamplista.
Es importante subrayar que es una experiencia que no se puede copiar en otros países. El fundamento del Frente Amplio es que no es un acuerdo electoral, sino programático. Antes de las elecciones el Frente Amplio debate en toda su estructura el programa que va a llevar adelante, el que va a presentar a su pueblo, para las elecciones. ¿Qué implica esto? Que los demócratas cristianos, partido comunista, MLN, etc., se sienten a negociar con sus bases y tratan de llegar a un acuerdo común.
Hasta el día de hoy el Frente Amplio se define en rasgos generales como antiimperialista y anti-oligárquico. Esos son los dos grandes ejes que une ese arco. Ese es el acuerdo que en este momento hay a nivel histórico que esta permitiendo que gobiernen fuerzas progresistas en Uruguay.
El Frente Amplio no presenta listas. Los que presentan listas son los sectores. Entonces en la elección tu puedes votar a los demócratas cristianos, a los progresistas, comunistas... Pero el candidato a presidente es del Frente Amplio.
El funcionamiento es el siguiente: el gobierno es el gobierno del Frente Amplio. Y después, cada organización en su día a día trabaja de acuerdo con sus objetivos. Pero son dos niveles diferentes y diferenciados. El paraguas, lo que se acuerda en el frente amplio se respeta.
En diciembre de 2018 haremos un congreso programático porque vamos a ir a las elecciones el próximo año. En el 2019 gane quien gane, siendo comunista, demócrata cristiano, etc., el compromiso será el de cumplir el programa que acordó el Frente Amplio, no el de su partido. Después, en la vida cotidiana cada uno sigue en su lucha particular. Entonces, cuando el pueblo se siente seducido por alguna política del Frente Amplio decide a qué partido concreto votar. En realidad, hay un pueblo frenteamplista, el gran arco, que en realidad, más allá de su partido concreto es frenteamplista. Lo que las elecciones deciden es que sector lo representa más, nada más.
Nosotros llevamos el Movimiento de Participación Popular. Hemos tenido tres elecciones en los que hemos sido mayoría en el frente amplio. Pero hay que subrayar que nunca se genera una mayoría absoluta hacia un sector en el Frente Amplio.
El Frente Amplio no presenta listas. Los que presentan listas son los sectores. Entonces en la elección tu puedes votar a los demócratas cristianos, a los progresistas, comunistas… Pero el candidato a presidente es del Frente Amplio. A veces es complejo representar esto que digo hacia fuera, pero ese es el acuerdo: tu acuerdas el programa y después cada uno corre por sus listas, la lista mayoritaria no se impone a las demás, sino que tiene un acuerdo general con el Frente Amplio.
El principal problema que tenemos es la gestión del estado, la administración de la sociedad capitalista, esto es: manejar un estado que crearon otros y que vos tratas de modificarlo.
El principal problema que tenemos es la gestión del estado, la administración de la sociedad capitalista, esto es: manejar un estado que crearon otros y que vos tratas de modificarlo. El factor fundamental que nos ha permitido hacer lo que hicimos es que hemos tenido la mayoría parlamentaria. El Frente Amplio tenía mas del 50% de los legisladores. Eso ha evitado que tuviéramos que negociar con algunos sectores conservadores de nuestra sociedad.
Seguramente, en las próximas elecciones corremos el riesgo de no llegar a la mayoría. Eso nos obligará a negociar con la oposición. Esto es producto del desgaste de las decisiones que tomas, unas populares y otras no, y del desgaste de la gestión misma.
De alguna forma, también hemos abandonado el trabajo político con nuestro pueblo. Para paliar esto, este año hicimos una campaña que se llama “Mate en mano con la gente”. El mate es algo que tomamos en Uruguay, una bebida popular. Convocamos a las plazas a la gente, en una ronda de mate a dos micrófonos debatimos sobre los problemas de la gente, y sobre los problemas del país.
La administración del gobierno te lleva a encerrarte en las instituciones, y muchas veces pierdes esa construcción política junto a tu pueblo. Para no correr el riesgo de no tener mayoría parlamentaria, estamos volviendo, no tarde, a construir de nuevo ese ida y vuelta que nos hizo fuertes como movimiento y como Frente Amplio.
El cambio de ciclo lo quiere instalar la derecha. De hecho, lo que esta pasando es que la derecha ha tomado la decisión de volver a tomar el poder, más concretamente, a tener el poder de la administración del estado. Porque el poder real, está en otros sitios.
¿Qué ha pasado? En Argentina ganó Mauricio Macri después de unas elecciones, y eso implicó que creciera la pobreza, que se hicieran reformas laborales contra los trabajadores, que se retuvieran las retenciones… La derecha intenta hacer políticas a favor determinados sectores de la sociedad que fueron desfavorecidos por el progresismo: esto genera problemas que los sufre el pueblo, las clases populares. En Brasil, directamente le dieron un golpe parlamentario a Dilma Rousseff y encarcelaron a Lula da Silva sin ningún tipo de prueba. Las dimensiones que esto tiene para Brasil son enormes.
Por lo tanto, más que un cambio de ciclo es un cambio de la resistencia. El ahora presidente ilegítimo Michel Temer hizo la primera reforma que propició lo siguiente: una trabajadora para jubilarse tiene que tener 49 años aportados a la caja común. Imagínate con la dimensión de Brasil para certificar 49 años de trabajo, es casi imposible. Esta medida es una barbaridad. ¿Por qué toman estas medidas? Porque la derecha cuando llega a gobiernos barre con todas las conquistas progresistas.
Lo que está pasando es que la derecha ha tomado la decisión de volver a tomar el poder, más concretamente, a tener el poder de la administración del estado.
Uruguay sigue siendo una luz junto a Bolivia en términos de gobierno progresista, dos países que se han transformado en una trinchera de resistencia. ¿Que va a pasar? No sabría decírtelo. La única forma de poder revertir esta situación es militando, estando con el pueblo, aceptando las criticas que te hace el pueblo.