SINADURAK

Joseba Permach

Iratzar Fundazioko kidea eta ekonomilaria

¿Qué tienen en común un independentista, un tirititero y un comunista con coleta?

2022-06-27

El caso Ferreras no es más que la punta del iceberg de una estrategia mediática que bien sirve para hacer frente al independentsimo de izquierdas de Euskal Herria, Paisos Catalans y Galicia, o para desgastar al precio que sea a una izquierda estatal que no quiere ser domesticada.


Argazkia. Unsplash / AbsolutVision

 

“Dar informaciones periódicas, a través de terceros —o potenciar las que surjan— que difundan enfrentamientos entre terroristas, sus ideologias foráneas, sus negocios sucios, sus costumbres criticables, etc . Basta que la información sea creíble para explotarla”. Así rezaba textualmente el denominado Plan ZEN (Zona Especial Norte) del Ministerio del Interior capitaneado por José Barrionuevo. Han pasado casi 40 años desde que se diera a conocer dicho plan, pero mucho me temo que sigue estando de rabiosa actualidad. Sería suficiente quitar la N de norte y ponerle la D de disidencia para comprender que éste sigue siendo, en la práctica, un manual de referencia que marca la estrategia del estado profundo. Los medios al servicio del régimen (del 78).

La criminalización de todo los vasco ( también catalán, gallego...) venía de lejos. Durante cuarenta largos años de franquismo, nuesta cultura, nuestra lengua, nuestras instituciones y organizaciones políticas y sociales, nuestras libertades fueron censuradas por un estado que en nombre de la lucha contra el terrorismo, lo único que pretendía era ahogar las ansias de libertad y transformación social de nuestros pueblos. Durante cuarenta largos años los rojos y separatistas que compartieron el Frente Popular del 36 fueron el enemigo principal del franquismo y el TOP (Tribunal del Orden Público) uno de los instrumentos principales a su servicio. 

A dictador muerto, rey puesto y de la noche a la mañana el TOP pasó a denominarse Audiencia Nacional. Además de la policía, había que asegurar tribunales de excepción que siguieran adelante con dicha criminalización. Y, sin embargo, estos dos pilares no eran suficientes. En 1983 se hizo público el ya mencionado plan ZEN y, con ello, se instituyó la utilización de la prensa española y la contrapropaganda contra el independentismo de izquierdas en Euskal Herria.

 

«Durante años la prensa española, con la colaboración sigilosa de las cloacas del estado, se dedicó en Euskal Herria a criminalizar periódicos, el movimiento de las ikastolas, el grupo de cooperativas, dinámicas a favor del euskara, organizaciones políticas y un largo etcétera de entidades y personas»

 

“Desconfie especialmente de las personas jóvenes, sobre todo si visten anorak oscuro, pantalón vaquero, zapatillas deportivas y bolsa de deportes”. Esta frase del plan ZEN, evidencia hasta qué punto la criminalización de la población vasca, sobre todo joven, fue una realidad incontestable en los años ochenta. Prácticamente la mayoría de los jovenes de la época eramos susceptibles de ser vigilados o detenidos por vestir de una manera concreta. Alucinante. Sin embargo la labor de policías, jueces y periodistas del régimen no se ciñó a la población joven, ni mucho menos. 

Durante años la prensa española, con la colaboración sigilosa de las cloacas del estado, se dedicó en Euskal Herria a criminalizar periódicos, el movimiento de las ikastolas, el grupo de cooperativas, dinámicas a favor del euskara, organizaciones políticas y un largo etcétera de entidades y personas. El todo es ETA fue ampliandose hasta terminar en una fase de ilegalizaciones que terminó con condenar al ostracismo político a decenas de miles de personas en Euskal Herria y con el encarcelamiento de centenares de ellas por el mero hecho de ser miembro de una organización política, una organización juvenil, un medio de comunicación. De aquellos polvos estos lodos.

No sé si los titiriteros detenidos en Madrid en el 2016 por una actuación de sus guiñoles iban vestidos con un anorak azul, lo que sí sé es que una vez más el triangulo séptico del estado ( medios de comunicación, jueces y policías) terminaron por meter en la cárcel a dos titiriteros que nada tenían que ver ni con ETA ni con el independentismo. Y es que, como todo el mundo sabe, las cloacas son sitios inmundos, pero donde las ratas no dejan de multiplicarse. El trío de la contrapropaganda, la infamia y la criminalización había echado a andar y la maquinaria puesta en marcha en Euskal Herria servía para hacer frente a toda la disidencia, sea cual fuera y luchara o trabajara donde sea. 

 

«Los grandes poderes económicos y el estado profundo comparten la firme decisión de mantener a cualquier precio una cárcel de pueblos en forma de estado de la autonomías y un capitalismo de desposesión a costa de la mayoría social»

 

Argazkia. Unsplash / Külli Kittus

 

Concretamente un año después se celebró el referéndum en Catalunya, el punto álgido del proceso soberanista catalán. Todo lo aprendido y desarrollado en Euskal Herria fue trasladado a Catalunya para criminalizar (también mediante la prensa) el independentismo, sus líderes, las organizaciones sociales, ... y crear las condiciones para apalear a todo un pueblo cuando se disponía a votar. Este proceso, claro está, no se llevó a cabo en el último momento. Llevaban años despreciando al catalán y tomando medidas contra esta lengua, “cepillándose” el estatut, caricaturizando a los y las catalanas, criminalizando el movimento independentistas y, en definitiva, generando las condiciones para ir “a por ellos” el día en el que simple y llanamente el pueblo catalán sólo quería decidir su futuro libre y democráticamente. Era el segundo capítulo de una misma estrategia, la recogida por el Plan ZEN para Euskal Herria servía también para hacer frente al proceso soberanista catalán.

Y en eso estabamos cuando al régimen del 78 le salió un grano que no esperaba, una oposición que no contemplaba. Desde la misma capital del estado una nueva izquierda española que se negaba a ser parte del régimen alcanzaba cotas electorales insospechadas hasta el momento. Había que hacer algo y el estado profundo no lo dudo. Las mismas técnicas mediáticas basadas en la mentira, la infamia y la criminalización han sido también utilizadas para causar el mayor daño posible contra Podemos en general y Pablo Iglesias e Irene Montero en particular. Y no son los únicos; el movimiento feminista tuvo que hacer frente a una campaña de desprestigio y acoso por las movilizaciones del 8 de marzo en el 2020 que tenía sin duda alguna también la marca de la cloacas. La misma marca y estrategia que sirve para criminalizar o desprestigiar a migrantes, gitanos, homesexuales o cualquier identidad que rompa su normatividad caduca y recalcitrante.

 

«El caso Ferreras no es más que la punta del iceberg de una estrategia mediática que bien sirve para hacer frente al independentsimo de izquierdas de Euskal Herria, Paisos Catalans y Galicia, o para desgastar al precio que sea a una izquierda estatal que no quiere ser domesticada.»

 

Como hemos podido comprobar, llueve sobre mojado. No se trata de decir “antes me lo hicieron a mí”.  Se trata de sacar conclusiones políticas y comprender que el régimen del 78 y el establishment está dispuesto a todo eso y mucho más para perpetuar la unidad de España y un sistema oligárquico y corrupto sin parangón. Los grandes poderes económicos y el estado profundo comparten la firme decisión de mantener a cualquier precio una cárcel de pueblos en forma de estado de la autonomías y un capitalismo de desposesión que mediante rescates, subevenciones y adjudicaciones amañadas sigue generando cada día más ricos a costa de la mayoría social de nuestros pueblos. Y los medios de comunicación españoles son un pilar fundamental de su estrategia, sin lugar a dudas, tanto para hacer frente a las disidencias como para legitimar día a día una bochornosa acumulación de riquezas de la oligarquía española. 

Y, ¿cuál puede ser la solución frente a todo ello? No seré yo quien se atreva a decir lo que tienen que hacer los otros. Creo que el respeto y la humildad tiene que ser una referencia entre aquellos que creemos que otro mundo es posible y que en el caso de estado español pensamos que otras repúblicas y tipos de sociedad no sólo son posibles sino que son necesarias y urgentes. A cada cada cual le corresponde, por tanto, reflexionar y sacar sus propias conclusiones. A cada pueblo le toca decidir su futuro y por tanto también su estrategia. Mientras tanto, creo sinceramente que antes de enzarzarnos sobre quien fue agredido primero, a los que compartimos el orgullo de ser la disidencia del régimen del 78 nos toca solidarizarnos entre nosotros y nosotras cada vez que alguien recibe el azote de la prensa del régimen, la prensa más cutre y servil de Europa.

 

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