SINADURAK

Esta victoria electoral del Sinn Féin ha marcado un nuevo hito, ya que se trata de una victoria que jamás debería haber sido posible; al menos según los británicos que dibujaron en 1921 el mapa de la segregación del norte de Irlanda.

El Sinn Féin ha ganado 24 años después del acuerdo de Viernes Santo y en el 41 aniversario de la muerte en huelga de hambre de Bobby Sands, estas dos efemérides marcaron la apuesta del movimiento republicano irlandés por las vías electorales y por la transformación definitiva del conflicto.

Esta victoria supone un paso de gigante para el Sinn Féin y parece ser la antesala de una gran victoria electoral en el sur de la isla.

Ante el resultado, el partido unionista DUP se ha negado, por ahora, a presentar un candidato a Primer Ministro adjunto y al resto de ministros, bloqueando la formación de un nuevo gobierno y obligando a los actuales ministros a continuar en funciones con importantes limitaciones. En un ataque al resultado electoral y el proceso democrático.

Las razones que el DUP ha planteado en público tienen que ver con el Status del norte trás el Brexit y el consiguiente protocolo para Irlanda, pero parece que la política del DUP es decir que no a todo para que todo siga igual, en un intento desesperado de mantener el status quo.

La posición del DUP ha permitido al Gobierno Británico a anunciar que va a revisar la aplicación del protocolo irlandés lo que podría llevar a una crisis tanto sobre el acuerdo de viernes santo, como sobre el acuerdo de retirada de la Unión Europea.

Y no nos equivoquemos, al poner en cuestión el protocolo quieren desplazar la frontera en el mar de Irlanda y volver a establecer una frontera británica en la isla. Poner en cuestión el protocolo irlandés es atacar directamente el acuerdo de viernes santo y tanto el DUP como el gobierno británico parecen decididos a hacerlo.

Mal que les pese, todo hace indicar que el status quo que el unionismo desea mantener está en proceso de desaparición. El norte de Irlanda vive un momento de cambios históricos, el agotamiento y la división del unionismo, el fortalecimiento de figuras como el partido Alliance que abogan por una política pública que supere la división entre comunidades, el Brexit y sus consecuencias, con sectores del unionismo cívico que valoran la unidad de Irlanda como una opción de futuro  en un momento de incertidumbre… son síntomas de los cambios que podrían estar por venir.

La sociedad irlandesa, tanto en el sur como en el norte, ha evolucionado, las campañas a favor del derecho al aborto, el referendum sobre esta cuestión en la república, la movilización a favor del gaelico en el norte, las movilizaciones contra la mercantilización del agua… hacen que el mensaje reoublicano y progresista del Sinn Féin alcancen a cada vez más capas de la sociedad.

Pero no nos olvidemos de que los procesos no son lineales y los avances que se van consiguiendo no se consolidan per se, hay que trabajar para que se asienten y seguir defendiendolos, y eso es así, aquí y en Irlanda.

Y en Irlanda el Sinn Féin está trabajando. Michelle O'Neill ha estado reunida con el Taoiseach (primer ministro) en Dublín,  en Escocia con Nicola Sturgeon y va a seguir trabajando como ha hecho en campaña para reivindicarse como una primera ministra del norte para todos sus habitantes, para por encima de las diferencias hacer frente a la situación de crisis social, política y económica.

La situación es compleja, esta no es la primera crisis de las instituciones del Norte, pero es la crisis más seria y grave desde el acuerdo de 1998. Ese acuerdo reconocía a la población irlandesa el derecho a decidir sobre su futuro constitucional y ante la situación actual cada vez son más las personas, norte y sur, que entienden que la reunificación de Irlanda es la mejor alternativa para su futuro.

*Este artículo se entregó el 21 de Mayo, 14 aniversario de la muerte de Brian Kennan, terminamos con una de sus citas más conocidas "las cartas al "olentzero" son para navidades, los revolucionarios/as tienen que ser pragmáticos".