EDITORIALAK

Erria

Nuestra misiĆ³n es abrir caminos

2022-12-15
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Renunciar a soñar es lo último. Nos estamos acostumbrando a recibir únicamente inputs negativos, lo cual aumenta la sordera social. Para escuchar solamente malas noticias, mejor no ver informativos. Por el contrario, parece que vivimos en la continua performance de una alegría abstracta. Vive alegre, no te preocupes, no te quejes, todo va bien.

Sin embargo, hemos entrado en una década decisiva. Los retos a los que nos enfrentamos como civilización y como pueblo son del tamaño del elefante en la habitación. La pregunta clave es si seremos capaces de ampliar la paleta de los derechos, tomando como guía el principio de todos los derechos para todas las personas, o si, por el contrario, saldremos de la habitación mediante una dura regresión y, por lo tanto, con un aumento de las segregaciones y las desigualdades sociales.

Avanzar en derechos, o retroceder. En este número 10 de la revista Erria hemos querido profundizaren cuatro ejes. En las próximas décadas está en juego si avanzamos o retrocedemos en el proceso de revitalización y recuperación del euskara. En cuanto a los cuidados, lo que está en juego es si seremos capaces de convertir en logros materiales la fuerza hegemónica que el movimiento feminista ha adquirido en la última ola. La aportación de medidas de servicios públicos sólidos y universales sería sin duda beneficiosa e histórica, junto con el inicio de la construcción de un sistema de cuidados público comunitario. La crisis ecológica atraviesa de arriba abajo la supervivencia de la civilización y de nuestro pueblo.

La transición está en marcha, y lo que hay que hacer es disputar su rumbo, para que redunde en beneficio de las mayorías y no se convierta en un negocio que siga enriqueciendo a una minoría, con el consiguiente aumento de la brecha social. Además de ello, hemos analizado las características de los procesos constituyentes tantas veces reivindicados en Euskal Herria, leyendo experiencias actuales, para acertar con la manera de pensarlos en nuestra escala de cara al futuro.

La lista de tareas es larga, pero a estas también tenemos que responderles como pueblo. Y tenemos que acometer esas luchas sin los instrumentos suficientes para ello. Para afrontar con fortaleza los retos que tenemos en el siglo XXI el proceso deliberación tiene que dar un salto. Tenemos que convertir esas luchas en palanca para ese salto, pues cada salto cualitativo que demos en ellas nos situará en mejor posición para la independencia, fortaleciendo las estructuras de Estado. Y todo eso tenemos que hacerlo junto con el pueblo, como siempre. En estos tiempos de inputs negativos, hemos empezado a detectar nuevos mimbres en todas esas luchas. Y con no pocas contradicciones y discusiones. Porque, contra la corriente del individualismo, la tarea del movimiento de liberación noes caminar por donde sopla el viento. Nuestra misión es abrir caminos. Una tarea a menudo más ardua, evidentemente. Pero indispensable, siempre.

 

Renovamos aspecto y forma

Casi sin darnos cuenta hemos llegado al número 10 de la revista, y hemos aprovechado la ocasión que nos brinda tan redonda efeméride para realizar algunos cambios y renovarla. Sabiendo que el dosier ha sido el principal punto fuerte de la revista, hemos apostado por fortalecer ese formato, con el propósito de dar mayor profundidad a los temas. Por otra parte, a fin de facilitarla lectura, los textos son más sintéticos. Además, como colofón del proceso de transformación, hemos creado nuevas secciones, ofreciendo un hueco para la descompresión y el pensamiento durante la lectura. Esperamos que sea de vuestro agrado.

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