SINADURAK

Martín Lallana

Responsable de transición ecológica del sindicato LAB

Transición productiva: dos historias y dos losas

2024-11-18

La historia de la tecnología enseña una cuestión clave sobre la transición productiva bajo el capitalismo. Todos los cambios tecnológicos significativos se conocían con anterioridad a su aplicación masiva, pero no les llegó su hora hasta que la situación económica les fue favorable a los propietarios del capital.


Fotografía: Unsplash Christopher Burns

 

La máquina de vapor alimentada por carbón se introdujo en la industria textil británica como respuesta a las conquistas del movimiento obrero, que había reducido la jornada laboral gracias al poder de negociación acumulado en las instalaciones ubicadas junto al cauce de los ríos. El cambio tecnológico en la industria del acero se ha producido siempre en contextos de auge económico, cuando la demanda aumentaba y los nuevos procesos productivos suponían una mejora de la rentabilidad.

Nos acercamos al segundo cuarto del siglo XXI con dos enormes losas sobre la espalda. Por un lado, una acumulación de carbono en la atmósfera que nos dirige hacia el caos climático. Por otro lado, la exigencia de que la transición energética sea lo suficientemente rentable para el capital. Bajo el capitalismo, da igual la urgencia y gravedad de lo primero: mientras no se cumpla lo segundo la inversión productiva no está dispuesta a moverse.

Y ahí está el problema. Nos enfrentamos al empeoramiento de la crisis ecológica en un contexto de larga recesión económica a nivel global, marcado por bajas tasas de inversión, bajo crecimiento de la productividad, bajo crecimiento salarial y bajo crecimiento económico.

 

«Nos enfrentamos al empeoramiento de la crisis ecológica en un contexto de larga recesión económica a nivel global»

 

La combinación de mecanismos de mercado junto a inyecciones de dinero público a empresas privadas se está demostrando bastante ineficaz a la hora de cumplir con la transición productiva en la escala y velocidad necesarias. La industria europea pierde competitividad en el mercado global ante la capacidad industrial de China y el renovado proteccionismo de Estados Unidos.

Continuar profundizando en esta dirección solo asegura iniciar guerras comerciales que no se pueden ganar, destinar cada vez más dinero público a empresas privadas y aumentar la impunidad del poder corporativo con más desregulación y menos condicionalidades.

 

«La historia del movimiento obrero nos enseña que las reglas de hierro del capitalismo son maleables, y que no siempre ocurre aquello que le resulta más rentable al capital»

 

El problema de fondo está en que no hay ningún ciclo económico expansivo en el horizonte. Esto implica que no podemos basar nuestra apuesta en que a los propietarios del capital les vaya bien. Dentro de ese marco, la clase trabajadora pierde todo el protagonismo y aparece como un mero sujeto pasivo. La historia del movimiento obrero nos enseña que las reglas de hierro del capitalismo son maleables, y que no siempre ocurre aquello que le resulta más rentable al capital.

Pero, cuando esto se ha conseguido no ha sido desde la gestión y el diálogo social, sino desde la confrontación y la movilización. Definir una estrategia sindical que aborde la transición productiva en este segundo cuarto de siglo XXI, con estas dos historias y estas dos losas sobre la espalda, es la tarea que tenemos por delante.

 

 

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