MUNDUAK

Gavin Rae

Sociologist. Member of the think-tank Naprzód [Poland]

Las elecciones presidenciales polacas. Un giro a la derecha

2025-03-14
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La política polaca, en vísperas de las elecciones presidenciales del 18 de mayo, se está desplazando más hacia la derecha. La Coalición Cívica (KO), en el poder desde octubre de 2023, tiene la oportunidad de consolidar su poder político. El discurso del partido gobernante del que  el líder de la Coalición Cívica y actual Primer Ministro, es Donald Tusk (tras derrotar al Partido Ley y Justicia (PiS)), ha intentado restaurar un orden democrático y liberal en Polonia, pero se ha visto frenado por el actual Presidente, Andrzej Duda, alineado con el PiS.


Wikipedia Commons. Jakub Hałun. Black Friday. Protest against the anti-abortion law in Krakow

 

Es cierto que es imposible introducir políticas progresistas en cuestiones como el aborto y las uniones legales entre personas del mismo sexo mientras Duda sea Presidente. Sin embargo, muchos de los miembros de la coalición de gobierno del MD (que también incluye a la agrupación conservadora de centro-derecha Polonia 2050 y al partido de centro-izquierda "Lewica") se oponen a dichas políticas, y las divisiones en el gobierno de coalición aumentan a medida que se acercan las elecciones presidenciales. La guerra en Ucrania sigue ensombreciendo los acontecimientos en el país, y la política polaca está dominada por sentimientos pro-militaristas y anti-migración, con la izquierda cada vez más marginada y sin capacidad para marcar la agenda política.

 

Falso liberalismo

El gobierno de la coalición KO fue elegido con la promesa de que invertiría algunas de las políticas más reaccionarias introducidas por PiS. Las mujeres y los jóvenes votaron en gran número a los partidos de la oposición, basándose en el movimiento masivo de mujeres contra las draconianas leyes del aborto aplicadas por el último gobierno. Tusk presentó su cara más progresista durante la campaña electoral, prometiendo liberalizar la ley del aborto, introducir las uniones legales entre personas del mismo sexo, reducir las subvenciones a las instituciones religiosas y aumentar los salarios de los trabajadores del sector público. Desde que asumió el poder, no ha cumplido estas promesas electorales. Asimismo, los esfuerzos del nuevo gobierno por "redemocratizar" Polonia se han estancado, y el gobierno de Tusk incluso ha afianzado algunos de los cambios autoritarios del país mediante una toma de control inconstitucional de los medios de comunicación públicos. 

 

Militarismo y migración

El gobierno del MD también ha profundizado el rumbo militarista establecido por el gobierno del PiS. El gasto militar se ha incrementando hasta casi el 5% del PIB, y el gobierno planea crear uno de los ejércitos más grandes de Europa, duplicando el tamaño del ejército hasta los 300.000 soldados. Además, el gobierno ha aprovechado el creciente sentimiento antimigrante, alimentado por los partidos de derechas y los medios de comunicación polacos. KO ha atacado a PiS desde la derecha, acusándolo de permitir la migración descontrolada mientras estaba en el gobierno. El gobierno de KO ha seguido demonizando a los refugiados que intentan entrar en Polonia a través de su frontera oriental con Bielorrusia, persistiendo en la política ilegal de pushbacks e introduciendo una política que permitiría suspender el derecho de asilo. El gobierno también intenta aprovechar la creciente hostilidad de algunos sectores de la sociedad hacia los ucranianos en Polonia, anunciando que planea retirar a los ucranianos que no trabajen el derecho a solicitar prestaciones por hijos a cargo. 

 

Agenda de la extrema derecha

La extrema derecha marca cada vez más la agenda política en Polonia. El PiS ha apoyado a un candidato relativamente desconocido, Karol Nawrocki, que tiene presuntas conexiones con miembros de grupos criminales y de extrema derecha. Recientemente ha sido presidente del Instituto Nacional de la Memoria  (IPN), dando prioridad a la eliminación de monumentos conmemorativos del papel desempeñado por el Ejército Rojo en la derrota de la ocupación nazi en Polonia. Nawrocki compite con el candidato del partido de extrema derecha Confederación, que combina neoliberalismo extremo, nacionalismo y conservadurismo, similar a la AfD en Alemania. El candidato del partido, Sławomir Mentzen, lanzó su campaña bajo el lema "Os devolveremos Polonia", prometiendo proteger a la nación de los "eurocomunistas" y otros "globalistas". El partido es hostil a los ucranianos que viven en Polonia y ha aprovechado el creciente descontento por la conmemoración por parte del gobierno ucraniano de los nacionalistas ucranianos, que asesinaron a polacos durante la Segunda Guerra Mundial.

En tal situación, el candidato de KO, Rafał Trzaskowski, intenta competir con sus rivales de derechas posicionándose como un candidato más conservador y cercano a la gente corriente. Trzaskowski es actualmente Presidente de Varsovia, donde se ha forjado una imagen de liberal progresista. Sin embargo, fue Trzaskowski quien anunció la idea de restringir el acceso de los ucranianos a las prestaciones por hijos a cargo, a pesar de haber defendido anteriormente que los ucranianos deben recibir toda la ayuda que necesiten mientras dure el conflicto militar con Rusia. Así pues, Trzaskowski adopta cínicamente en estas elecciones una postura política más conservadora de derechas, para intentar eludir la competencia a su derecha. También compite con un candidato del partido de centro-derecha, Szymon Hołownia, que forma parte del Gobierno de coalición. 

 

Trump y Ucrania

La política polaca se ha visto además perturbada por la elección de Donald Trump y la apertura de negociaciones entre Estados Unidos y Rusia para poner fin a la guerra en Ucrania. La marginación de Europa en este proceso y los intentos de la administración estadounidense de asegurar sus intereses económicos en Ucrania (por ejemplo, mediante el control de los minerales y las infraestructuras) están provocando fricciones en la alianza transatlántica. El consenso político proestadounidense en Polonia ha sobrevivido a numerosos cambios de gobierno y se reforzó aún más al convertirse Polonia en uno de los principales apoyos militares y políticos de la política estadounidense durante la guerra en Ucrania. La administración Biden estableció una presencia militar estadounidense permanente en Polonia, con 10.000 soldados estadounidenses estacionados en el país como parte de una presencia rotatoria. Aunque no hay perspectivas de que Estados Unidos retire su ejército de Polonia, el cambio estratégico en su política hacia Ucrania ha causado confusión y divisiones en la clase política polaca. El primer ministro Donald Tusk ha defendido la necesidad de que Europa construya un ejército europeo común y ha instado a otras naciones europeas a imitar el creciente gasto militar de Polonia. Por su parte, el presidente Andrzej Duda fue el primer líder europeo que se reunió directamente con Trump, con quien mantuvo un breve encuentro al margen de la conferencia CPAC en Washington. Independientemente de las diferencias simbólicas que puedan existir entre Tusk/KO y Duda/PiS, ambas partes coinciden en que Polonia debe seguir siendo un firme aliado estratégico de EE.UU. y continuar con la política de gasto excesivo en el ejército polaco.

 

Sin giro a la izquierda

La abrumadora hegemonía de la derecha en Polonia se ha visto favorecida por una izquierda débil y desorientada. La candidata de Lewica, Magdalena Biejat, no ha logrado hasta ahora ningún avance significativo en la campaña electoral. La "izquierda" es el socio menor de una coalición de gobierno a tres bandas, en la que no ha logrado ningún éxito político significativo, mientras que su posición como fuerza política independiente se ha erosionado. El otro candidato de la izquierda, Adrian Zandberg, representa al pequeño partido de izquierdas Razem (Juntos), al que antes pertenecía Biejat. Sus intentos de posicionarse como candidato pro-obrero y pro-social, distinto de todos los demás partidos políticos del país, se han visto socavados por el hecho de que él y otros diputados de Razem entraron en el parlamento como parte de la lista de Lewica. Razem no se separó totalmente de Lewica y de la coalición de gobierno hasta hace unos meses, lo que provocó una escisión dentro de su grupo parlamentario (con Biejat entre los que abandonaron Razem). A pesar de su posición socialdemócrata de izquierdas en muchos temas, Razem también ha asumido una fuerte postura militarista y pro-OTAN, que embota su oposición a la derecha en Polonia y permite a la extrema derecha ganar el apoyo de aquellos que se muestran escépticos ante la estrategia del gobierno en la guerra de Ucrania. Biejat se ha negado incluso a descartar la posibilidad de que Polonia envíe tropas en el futuro a Ucrania. 

 

¿Qué derecho?

En la actualidad, Trzaskowski aventaja claramente a sus rivales de derechas en los sondeos de opinión. Sin embargo, a cuatro meses de las elecciones, esta situación podría cambiar, sobre todo si aumenta el descontento con el Gobierno actual. El porcentaje de quienes se declaran insatisfechos con el Gobierno creció hasta el 43% en enero, frente a sólo el 31% de quienes están satisfechos con su actuación. Nawrocki espera poder estrechar la ventaja con Trzaskowski antes de las elecciones de mayo y arrasar a sus rivales de derechas en la segunda vuelta. Sea cual sea el resultado de estas elecciones, la política polaca, al igual que la de otros países europeos, se está decantando actualmente hacia la derecha, alimentada por una extrema derecha resurgente y desbocada por una izquierda débil y dividida.

 

 

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