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Erria

Nacionalismo banal

2025-08-01

¿Por qué es tan importante? ¿Qué función tiene en la construcción nacional de un pueblo? No hay que demonizar al nacionalismo banal. Al ser un arma de doble filo, decimos que también juega un papel estratégico en la cohesión social y la identificación colectiva de una sociedad con un lenguaje, valores y culturas comunes.

 


 Foto: Patrulla Aguila - RIAT 2005, Wikimedia Commons.

 

Michael Billig nos habla de que la pugna entre procesos de construcción nacional se juega hoy entre la pugna de lo que él define como nacionalismo banal. Es decir, los discursos y las practicas cotidianas, el deporte y sus discursos nacionales: la roja, Alcaraz, o Jokin Altuna y Nahikari García… (…) Negar a la inmensa mayoría de la población vasca presentarse como selección vasca de pelota vasca, es reflejo de la debilidad de la construcción nacional española. Esa pretensión grotesca de que lo vasco sea lo que España desea, refleja su falta de autoestima como nación. En el fondo, su íntima convicción de que en ausencia de la vasquitud no son suficientemente españoles. Su exterior constitutivo es al mismo tiempo su interior constitutivo: ahí subyace la fantasmagoría de la cristianía vieja, de la limpieza de raza, del RH negativo… que solo existen en las cabezas del nacionalismo soberbio y acomplejado español”.  Mario Zubiaga. EH Bilduko senataria. Espainiar estatuko Senatuko hitzartzea (2025-05-07) 

 “Estar marcado con una identidad significa simplemente no tener poder de nombrar como universal tu propia posición identitaria”.  Paul Preciado. Yo soy el monstruo que os habla. Anagrama (2020) 

 

Una estrategia de doble filo: ¿instrumento de cohesión o instrumento de opresión? 

Según el académico Michael Billig, el nacionalismo banal hace referencia a la forma en que el nacionalismo se manifiesta en la vida cotidiana. Ese nacionalismo se significa como banal, sutil, cotidiano. Es decir, el nacionalismo banal influye en conductas, costumbres, creencias y símbolos que refuerzan de forma sutil y rutinaria una determinada identidad nacional. En otras palabras, ese nacionalismo no promueve abiertamente un nacionalismo para garantizar la reproducción de una identidad nacional. Por el contrario, está presente sobre todo en la cultura popular, las costumbres, las tradiciones, los medios de comunicación y los usos cotidianos de la lengua y los símbolos. 
 
Por tanto, el nacionalismo banal tiene una importancia capital en cualquier proyecto de construcción nacional, ya que contribuye a la construcción de la identidad nacional. En este sentido, obliga a las personas de una determinada sociedad a sentirse parte de una comunidad y a contribuir a compartir una identidad común. 
 
En este sentido, el nacionalismo vacuo puede tomar dos direcciones. Por un lado, puede reforzar la cohesión social uniendo aún más a las personas que se sienten unidas de antemano y comparten valores e intereses comunes, aportando cohesión comunitaria e identitaria. El nacionalismo banal puede ser legítimo, siempre que no sea para subyugar la aspiración y la realidad de otras naciones. 
 
Porque, en esta segunda dirección, el nacionalismo banal puede ser también un factor de tensión social y de conflicto. De hecho, en muchos casos el nacionalismo banal genera tensiones y conflictos en territorios donde, por ejemplo, hay varias comunidades nacionales y varios países. En ese caso, el nacionalismo banal del más fuerte se utiliza especialmente para excluir, erradicar, subyugar o justificar la violencia de forma consciente e inconsciente. 
 
Por tanto, el nacionalismo banal es una forma sutil y cotidiana de expresar la identidad nacional, presente en muchos aspectos de la vida cotidiana y que puede tener consecuencias positivas o negativas para la sociedad. Podemos profundizar un poco más. Por un lado, tenemos a un nacionalismo banal de los opresores, y por otro, un nacionalismo banal inclusivo. 

 

Características y ejemplos del nacionalismo banal opresivo 

Prácticas y costumbres habituales: Esta es la forma de identificar a las personas con su nación, como el uso de la bandera, el himno o la celebración de días festivos. En el caso del nacionalismo banal de los opresores, es un nacionalismo manifiesto. La forma en que de vez en cuando una nación se identificaría con su nación de un modo nada banal, sino evidente. Su nacionalismo es patriota, no nacionalista, y natural; mientras que el nacionalismo de la nación negada (la vasca, catalana, gallega…), es identitaria, artificial y no natural. 

  • Celebración de efemérides nacionales. 12 de octubre, “Día de la Hispanidad”. Es un día de celebración que se identifica como patriota, no nacionalista. Es el día de celebración de España. “El día de la constitución” es otro ejemplo. ¿De qué constitución hablamos exactamente? En ambos casos, estas celebraciones no son la cara de la misma moneda, puesto que una construcción nacional exitosa requiere de mecanismos banales y evidentes. El 14 de Julio, día de la toma de la bastilla o día nacional de Francia, es otro ejemplo. 

 

Simbolismo omnipresente: Uso de símbolos nacionales en publicidad, ropa o decoración de interiores. 

  • El uso de documentos oficiales y pertenencias nacionales. El DNI o cualquier documento oficial. Al rellenar cualquier documento oficial todo ciudadano perteneciente al estado español o al estado francés debe rellenar su identidad nacional con el término o bien español o francés. Es un claro ejemplo de nacionalismo banal. 

 

Lenguaje nacionalista banal: uso de términos y expresiones que refuerzan la identidad nacional, como el uso de adjetivos derivados de nombres de países o regiones. 

  • Usos de palabras que fijan la hegemonía territorial y simbólica una nación

  • “El norte”, para referirse al Euskal Herria sur, Asturias, Cantabria… Ese término presupone que la nación es española, que el centro es Madrid, y partiendo de ese centro el norte es Euskal Herria sur.  

  • “La roja”. El término de la roja muestra y oculta a la vez una operación nacionalista banal que refleja dos cosas: que el término España no es aglutinador y debe ser evitado; y por otro lado, que existe una operación discursiva exitosa que evita lo anterior, aglutinando a gente en torno a un territorio, bandera y una nación (la española). 

 

  • Adjetivación identitaria del otro, ocultamiento del propio. Si entramos en casi cualquier librería, podemos percibir una de las operaciones de nacionalismo banal por excelencia. Miremos a la clasificación de los libros: tenemos por un lado a la literatura vasca, la literatura francesa, literatura catalana… clasificadas como una unidad. Y, por otro lado, una clasificación sin adjetivos nacionales: “ciencia ficción”, “filosofía”, “literatura” … El nacionalismo banal de carácter opresivo se distingue por adjetivar a las naciones oprimidas y quitar el adjetivo de su propia nación hegemónica, en este caso, la española. La nación hegemónica desaparece, se vuelve fantasmal; mientras que las naciones oprimidas son adjetivadas y mostradas como un todo. 

 

  • Nacionalismo vasco y políticas identitarias. Todo discurso que pivota en torno a estas dos ideas es por excelencia parte de la operación discursiva hegemónica española de negar a lo vasco su carácter universal. Si cualquier proyecto que busca mejorar los derechos de los vascos en Euskal Herria, es identitario y nacionalista; porque todo proyecto (sea de izquierdas o derechas) que busca mejorar la vida de las gentes del territorio estatal español, ¿no son igualmente nacionalistas e identitarias? ¿Acaso buscan mejorar la vida de los habitantes de Portugal?  ¿Por qué unos identitarios y otros no? 

 

  • El egoísmo y privilegio nacionalista. El discurso nacionalista español muestra como egoísta y privilegiado cualquier proyecto nacional (vasco, catalán o gallego) que se base en un territorio que no sea el estatal español. ¿Por qué es egoísta uno y altruista y desinteresado el otro? 

 

Identidad cultural: Forma en que las personas perciben y valoran su cultura, muchas veces en comparación con otras culturas. La cultura hegemónica entiende su cultura como una cultura abierta, rica, diversa, plural, heterogénea… En cambio, describe a las culturas “periféricas” con características cerradas, esencialistas y monolíticas…  
 

  • Esencialización y la regionalización de lo vasco. “Los vascos no follan”, “las vascas son nobles”, “las y los vascos son tontos”...  ¿y los españoles? Todo el discurso que se basa en esencializar a una parte de lo vasco, aparte de ser regionalista, y es parte del discurso nacionalista banal opresivo de la ideología española dominante. Lo español necesita como su otro constitutivo externo e interno a identidades esencializadas. De ahí, como dice Zubiaga en la cita del principio, todas las teorías del RH vasco, la raza vasca, etc. que son utilizadas solo en un nacionalismo español rancio y acomplejado. 

 

  • Uso de productos nacionales: La preferencia por productos fabricados en el país o la celebración de productos y marcas nacionales también es nacionalismo banal. ¿Qué ejemplos se pueden poner? Hay productos nacionales y productos regionales. El flamenco es nacional y patrimonio universal de la cultura; en cambio, por ejemplo, la butifarra y las euskal dantzas, son identitarios, tradicionales y productos regionales. 

 

  • La gastronomía nacional. También es un nacionalismo banal cómo las personas celebran y disfrutan de la comida tradicional de su país, o cómo se identifican con ella. En este caso, la reapropiación de la cocina vasca o catalana como parte de la cocina española es otra cara del nacionalismo banal opresivo español. 
     

¿Qué hacer ante la construcción nacionalista banal hegemónica española y francesa? La conclusión es clara: debemos señalar, identificar y deconstruir aquellos discursos que configuran y predeterminan los afectos e identidades nacionales. A la vez que creamos y alimentamos un nacionalismo banal propio, basado en los valores de cohesión territorial, diversidad y respeto por las culturas, valores y visiones del mundo que conforman Euskal Herria. 

 

Nacionalismo banal vasco. Un camino por explorar 
 
Como decíamos al principio, no hay que demonizar al nacionalismo banal. Al ser un arma de doble filo, decimos que también juega un papel estratégico en la cohesión social y la identificación colectiva de una sociedad con un lenguaje, valores y culturas comunes. 

Es por ello por lo que terminamos este artículo con la siguiente reflexión, que profundizaremos más adelante. ¿Cómo pensar el nacionalismo banal vasco? ¿Qué importancia tiene para la construcción nacional? Tenemos un campo de exploración estratégica y política en la cual profundizar que debemos pensar con calma.  

 

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